Muchas veces pienso en por qué los héroes, por qué siempre, siempre, siempre me han fascinado tanto. Guardo recuerdos de todos los cursos en la universidad: en primero con Ulises y Eneas en latín, en segundo Amadís de Gaula y su descendiente, Esplandián, la princesa Oriana (qué nombre tan bonito), los magos, los dragones (¡Grendel! ;) -alguno entederá ésto-) y cómo no, Don Quijote y su escudero; en tercero fue el Cid campeador, Minaya, Apolonio, Aleixandre, Sígfrido, Brunilda... El último año fue especial y no hubo un héroe, al menos no uno que haya aprendido en clases magistrales, este año descubrí (o más bien me descubrieron) las maravillas de la literatura francesa, alemana y ¿sajona? (corregidme, por favor) medieval :) (muchas gracias a los dos), la materia de Bretaña que tanto me ha gustado y que ya forma parte de mí (mi caballero preferido es Perceval, aunque vosotros sabéis que yo siempre seré Sir Robin el-no-tan-valiente-como sir-Lancelot) con el famoso y a la vez poco conocido rey Arturo, Ginebra, Lancelot, Galván, Galaad, Merlín, Erec y Enide, el ciclo de Tristán (qué nombre tan bonito, de nuevo) e Isolda. Son tantas cosas...
Y no son sólo los años de carrera, desgraciadamente ya sólo me queda uno por delante, sino que la fascinación por estos personajes ya viene de atrás, están Bastian y Atreyu (sobre todo Bastian y Atreyu), Frodo, Aragorn, Gimli (juajuajua), Iván Surin y todos los Ivanes, Rodiones, Dmitris y Vladimires ¡y Baba Yaga!, los cuentos de los hermanos Grimm, Perrault y otros más modernos como el ya citado Kenshin, el guerrero samurai (qué gracia me hace que digan eso al principio de cada capítulo) e incluso el tan amado y odiado Harry potter que llegó a mis manos allá por 1997 (¡Hace ya diez años ni más ni menos!)... Tantas y tantas tardes de lluvia y alguna que otra de sol. Todos ellos forman parte de este laaaaargo trabajo que aún hoy sigo escribiendo. Así que sin más explicaciones (¿os pareceieron pocas?) doy por finalizado este post tan petardo.
Y lo a gusto que me quedé.
2 comentarios:
Huy, cuántos mensajes subliminales...
Como no podía ser de otra manera, tengo quejas: me cago en Harry Potter, eso para empezar. Y, si pones Galván, ¿por qué Lancelot y no Lanzarote? Y me cago en el PUTO Harry Potter.
Sabía que ibas a decir eso, lo sabía (qué predecibilillo)
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